sábado, 2 de diciembre de 2017

Estas cosas y el tiempo

quiero mostrarte mi casa
porque cada cosa que tengo
está destinada a ser rama de un nido tibio
y te daré de comer con mi boca

quiero que te acuestes conmigo
a leer esta historia
con la misma paciencia que me escuchaste
hablar de los lugares que te conté y que quiero que recorras
con todo lo que juzgo como bello
como vos
o como falta

las novelas que te recomiendo
están esperándote en mi biblioteca
y el horizonte por la ventana cuando me despierto
y el tiempo que paso en la cama cuando sueño
y el tono con el que te llamo es el mismo
y me mando
a construir este recuerdo con el barro de mi cuerpo
pero la imagen
de a poco se agota
nada de lo que tengo te acerca
sólo un lenguaje que te roza
como un beso inverosímil
ya dado a la distancia

los días pasan
y hasta donde sé
todavía nos falta hacer el paseo en bicicleta mientras conversamos
como siempre
conversamos de estas cosas y el tiempo
pero que nunca se nos ocurra


decir que estamos lejos, compa.

Las líneas de Nazca/ Diario #1



en un mes voy a estar preparando la noche de año nuevo en lima con caro como compañera de viaje. hace un rato me mandó un mensaje para definir si vamos con agenda planeada o sin hacerla. a mí me encantan las agendas. llevo dos en simultáneo durante el año. se me mezclan un poco, a veces hay cosas que están en una agenda y no en la otra y me olvido compromisos, fechas de evaluaciones, cosas así. lo importante es saber que están y me estructuran. 



entonces la idea de ir con itinerario a perú es una necesidad muy fuerte. también pensar en dónde me voy a quedar, cuánto tiempo, cómo conseguir café todos los días sin que se convierta en una odisea que termine en un sánguche de huevo con cereales hechos bebida a los que no me acostumbré nunca. no quiero renunciar al café. hay cosas que transo, culturalmente hablando. cosas que no. rememoro el concepto de hibridación cultural que estudié en literatura latinoamericana II allá por el 2010 cuando era una novata estudiante. el chiste es que las culturas transan, intercambian, como un proceso de mestizaje. 



tengo un libro crítico de arguedas por ahí que trabaja ese tema y que me traje de allá. arguedas fue un descubrimiento hermoso cuando hice esa materia en la facultad. pienso si acaso fue la lectura que más cosas me dijo al oído. en ese momento tuve que analizar Los ríos profundos para un examen y esto es algo que mis alumnos quizás noten pero el resto del mundo no: soy muy fan de las novelas de formación. en algún momento yo me sentí también un personaje de esas novelas. 



mi novela de formación en el escenario urbano de los suburbios fabriles de buenos aires, donde si vas por la ruta nacional, donde no hay un terreno verde en venta hay una fábrica de caramelos, o una plaza logística, o un barrio cerrado, o una escuela. en mi novela de formación, todavía ni nombre es maría florencia y tengo 10 años. recién me mudo a pacheco, mi mamá vuelve a trabajar de docente, mi papá ya está en un sector de oficinas en ford. es el año en que nace mi hermano menor, facundo nahuel, recuerdo la insistencia en ponerle esos nombres que de muchas maneras remiten ambos a la idea de tigre. facu bebé me vomita la ropa cuando lo alzo y me hace pis cuando le cambio los pañales. dormimos tres hermanos en una habitación. mamá y papá duermen en el living comedor y la cuna de facundo nahuel al lado de una mesa hasta que terminen de construir las habitaciones y el baño de la planta de arriba. mensaje al pasado: papá, mamá, nunca van a terminar de construir ese baño. la casa va a quedar por siempre incompleta, nosotros, los hijos, también nos vamos a ir. 



a los diez años de edad, recién ponían teléfono de línea y televisión por cable en la casa donde vivía. a los diez años era el año 2000 y estaba a punto de estallar la crisis. hablo del estallido, porque la crisis en el hogar existía desde antes. mi papá guardaba monedas en un frasquito de gel vacío. eran las monedas para que con mis hermanos viajáramos a la escuela y él a la fábrica. las repartía a la mañana, a veces las repartía por semana y nos recordaba lo que le había costado conseguirlas. el trabajo que había para conseguirlas y que encima había tenido que ir al banco y hacer cola para cambiarlas. había crisis con las monedas, y esa crisis de las monedas para el transporte público iba a durar encima, unos años más. 



cuando no estaba en la escuela me quedaba en la casa. no tenía grupos grandes de amigos, ni visitaba mucho a familiares. pero tenía televisión por cable y eso me había cambiado la vida. no me gustaba decir que no conocía cartoon network a los 10 años y un poco vi oye arnold por nickelodeon de más grande, para ver qué onda. había visto dragon ball tarde, en la televisón por aire y eso era un alivio de pertenencia. cuando tuve televisión por cable, ya no quería ver dibujitos y ya era un poco grande para eso. digo grande porque tenía el cuerpo grande pero no sé qué tanto había dejado de ser una nena. en vez de dibujitos, pasaba los fines de semana mirando documentales en discovery channel. era mi canal favorito. y mis documentales favoritos eran los de las investigaciones sobre las líneas de nazca.



como todo lo que siempre quise conocer, lo vi primero por televisión, todo lo que veía en un documental en otro país lo guardaba en el espacio destinado a las cosas que tal vez mi papá marino hubiera visto en alguno de sus viajes, pero no yo. me gustaba más escuchar las teorías sobre las líneas que la idea de ir alguna vez y verlas, porque lo creía imposible, ajeno, fantástico. algo del disfrute por el conocimiento estuvo siempre en mí, eso que parecía inaccesible por la vía tradicional. entonces, ver esos programas y conocer otros países por televisión, saber de historia -mi primera fuente era la memoria de mi padre, la segunda la televisión, nunca lo fue tanto la escuela- y por lo tanto una abstracción a la que podía llegar conversando o mirando documentales que iban desde caminos marcados a pie por sedientos indios entre espejismos en el desierto, hasta la improbable pero más eurocéntricamente aceptable ayuda de alienígenas. 



por esas épocas el antes y el después del 2001, las navidades y años nuevos con asados tristes, estaban a la orden del día. siempre antes de poner la mesa o de esperar el conteo hasta las 12 de la noche de las fiestas, me quedaba mirando uno de esos documentales porque seguro que pasaban un documental sobre las líneas de nazca en discovery. este año nuevo voy a estar con caro en perú. lo que siempre fue para mí una experiencia a partir de la lectura, empieza a vislumbrarse como experiencia en el movimiento, en el viaje, en el cuerpo. estoy desesperada por llenar esta cuerpa de imágenes y de personas, aunque a veces soy muy intensa y asusto a las personas. el mes pasado estuve en perú y creí que me había quedado con ganas de ir al machu picchu, entre otras cosas. pero hoy ajusté la brújula de mi deseo y descubrí que el último capítulo de mi bildungsroman está en nazca. 



y no me importa si las líneas no se parecen a las de los documentales. si soy yo el personaje de esta historia, si no soy esta heroína que creí alimentar, si no soy la blanca echeverriana de visita en un desierto ajeno haciendo la inversión de la cautiva y no importa tanto si el indio no me desea a mí. tengo que dimensionar mis poderes y aprender a usarlos, como me dijo una vez un profesor cuando estudiaba literatura. porque también es cierto, recuerdo, que siempre hay un maestro así en este tipo de relatos.

Soy la Blanca


tú me quieres nívea,
tú me quieres blanca
-Alfonsina Storni

yo iba a morir, es verdad,
entre bárbaros crueles
- Esteban Echeverría

yo soy la blanca, indio,
caballo,
macho que pisa la tierra
y se trenza el cabello
yo te capturo y te cautivo, indio
resabio de un tiempo histórico
y de todas las literaturas
del romanticismo del río de la plata
yo no soy trofeo de ninguna fiesta
desértica
erótica
o literaria
yo soy la blanca, indio
vengo a correrte con mis piernas
a torcerte la lengua, atragantarte
maquillarte con mis colores y vestidos
voy a mojarte con el flujo de mis esquinas rosadas, el linaje oral
y vendré a escribirte con mis propios poemas
y hacer lo que se me antoje
con tu personaje
y gozarás tu rapto
y serás estocolmo
no podrás salirte
de mi cuerpo bibliotecario
te meterás en la diablura del mestizo
ningún gaucho querrá matarte
no seré yo
la china de nadie
voy a atraparte, indio
trenzarte el cabello

voy a domarte

Confección rebelde de bandera


sus manos vienen con agujas
primero me marca
después me escribe
afiliado al sindicato de artesanos del cuerpo
los hilos entran y salen
deja el trabajo sin nudo
se me traba en el primer nervio

dijo muchas cosas anexado a mi pecho
seré curiosa
¿a ustedes se les anexan al pecho las personas?
¿o se les quedan hablando ahí,
en reposo?

un acto de rebeldía:
faltar al trabajo
quedarme con vos
no hacer nada que sirva a los jefes

sus palabras me bordaban como a un trapito amarillento
no tenía idea que al despertarme
este cuerpo ya punzado
se animaba  a ser bandera
con los hilitos desprolijos de su trazo
y los músculos entumecidos, así
de tanto abrazar nuestras ideas de suelas rojas
listas para salir a la calle
           a marchar
defender en el cuerpo la bandera de nosotros
y nunca más volarme

si no es con su viento

Turismo andino recurrente



perú es una cortina pegada al marco de la ventana con cinta de papel para que no entre el sol por la mañana
una calle de prostitutas que se mezcla
con vendedores ambulantes
una capital que vale en sus geografías por mucho menos que lo que compra el dólar
porque la frontera siempre es más allá
más allá de la invasión de taxis que me recibió
y despidió aunque con más tristeza
y menos monedas en el bolsillo
en perú dos cuadras son diecisiete
con sus ahorita iego
a direcciones vagas
con un sol te comprás algo para comer en la calle
y lo más probable es que sea muy rico
o muy picante
en perú como en argentina los telos también se llaman telos
las birras son chelas
y siempre las compartimos
como los autos colectivos cargados hasta el techo
los kioscos abarrotados de mercadería
los vinos dulces
los sabores fuertes
sobre todo
los sabores fuertes
perú es un país desmesurado
de violadores
de sikus
de iglesias
y de tantos caminos ya andados por latinoamérica
que siempre se aparece algún diablito salido de la selva

y te besa en la boca para que no te vayas

Deseo #3



Sabés en qué cama te metiste.

En qué lunares en qué marco de referencias en qué luchas.

Colección millennial de amores

recuerdo cuando me encantaba salir
con chicos que me llevaban
del barrio fabril en el que había crecido
hacia los bares y recitales de moda
y conocía Palermo, Villa Crespo,
artistas, ilustradoras, cantautores,
tragos que en mi léxico
simplemente no eran Fernet con Coca
recuerdo cuando me mandaban sus canciones
en links a Vevo
sus dibujos en páginas que desconozco o no sé pronunciar
sus costumbres de amar siempre con estilo
mantener conversaciones dignas de la novela realista del siglo XIX
y despedirnos a la mañana con un café en Starbucks
comentando el cuento de Fogwill que nos había traído
a tal reunión
todos querían ser fotógrafos
todavía no se bien por qué
recuerdo cuando me seducían con videos raros
de entrevistas a poetas que me gustaban
con mitos de construcción erótica
y recitales de Lisandro Aristimuño
o de pez
o de cualquier bandita que se jacte de citar
a alguno de los autores que leí en la facultad
de filosofía y letras
recuerdo cuando nos encontrábamos y
tenían puesta la ropa con la que de día iba al trabajo:
chupín negro, remera de rock, camisa a cuadros
en cambio, yo, de noche
me disfrazaba de posfemme-fatale
algo de color rojo y con el cuidado de siempre
emprolijarme más recto el flequillo.
añoro, de esas épocas
la ingenuidad con la que conocía a las personas
que me gustaban
tengo una colección de amores millennials en los libros que escribo
porque yo también era para ellos el adorno prolijo
y necesario
para caminar por la avenida Scalabrini Ortiz
en azul y negro
y estoy segura
que debe haber también por ahí
miles de historias en dibujos o canciones
sobre mí, la poeta del conurbano
que viajaba en el 60 a Capital

para enamorarse