viernes, 27 de enero de 2012

De trapo y un botón

Desoxido un gesto
lo convierto en algo parecido a su dueño
malo
quiero pensar en las coincidencias
tender un lazo irreductible
apresar un salto en este aire
y no lo tengo

desoigo una risa
me paro y contemplo los días
el viento me pasa por el costado
la ropa se vuela al compás
de ese aire
lamento estar ahí mirando
se aquieta la vista
dirijo la vida
hacia la nada

hay un horizonte que se dibuja
solito en mis párpados
hay una fosa que se abre
a mis pies
y me caigo
detengo el segundo
y lo levanto de a poquito
para llevarme ese encierro
desentiendo, memorizo
las líneas circulares de la mano
las líneas rectas de los ojos
para adentro van las líneas rectas
de los ojos
como flechas
y lunares circulares de tu rostro
como bombas
de promesas
y lugares
y verbalizo tu lenguaje,
que no es de nadie,
y hay un remitente sordo,
hay un rastro de caricia
que sigue llenándome de ingenuidad,
con este muñeco de tela que arrastro
con los botones a medio coser en la carita,
con su media sonrisa dibujada,
con sus pocos pelos de lana

paro el paso, miro,
subo la vista,
muñeco en mano,
cae la tarde y la vida en el ocaso
hay un pedazo de trapo nada más
y es lo único que tengo

está sucio,
y está viejo
pero no es de nadie.

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