sábado, 13 de abril de 2013

La que escribe








Yo, la que escribe,
la que besa piola y hace los deberes,
la que invita a salir a pibes y 
aunque a la primera impresión parece mala
después se copa,
yo, la que recita poemas
sobre minas violadas 
o pitos que no funcionan,
yo, la que recolecta instantáneas en el colectivo
y se traiciona estudiando en una facultad.
Yo, la que te dijo alguna vez que sí y que no.
La que se garchó al más freak de Puán.

La que se cogió al más tímido
y al más poronga.
Yo, la que en raptos de valentía a veces
dice que se enamora
y la que saluda siempre con una sonrisa
que parece mediada por una mezcla de 
angustia y esperanza mórbida.
Yo, yo sé que el mundo no está dividido 
más que por las influencias de todos nuestros miedos
que se apilan por las noches para vernos despotricar contra el mundo
o recrearlo.
Yo sé que escribo mucho sobre pitos y sexo y poco sobre vaginas, por ejemplo.
(debería escribir más sobre eso)
pero pienso
¿qué hago cuando digo que yo escribo
y que le encuentro un placer distinto que prefiero?
¿Desde cuándo,
en qué momento me dejé engañar
y creí que podía decir tantas cosas
sin empezar a verme 
en este basurero de palabras?

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