lunes, 6 de abril de 2015

El horror de los espejos

 Yo que sentí el horror de los espejos
no sólo ante el cristal impenetrable
donde acaba y empieza, inhabitable,
un imposible espacio de reflejos.
J.L.B.


El Aleph infinito que hay en el sótano de abajo
el viaje a la cuarta dimensión
el país de las Maravillas
la piedra de Obsidiana
y las cartas natales con sus mandalas
a otro también le mostraron
sus respectivos dolores
a tal punto intolerables
que le dio vuelta la espalda al espejo
alejándolo
pero
del otro lado hay otro espejo duplicado
y quien era un hombre ahora es un objeto tornasolado
frente a quien fui a pararme
y como si fuera un oráculo me dijo cosas
en un lenguaje cifrado
tiempo atrás
el acertijo.

*

Cuando me preguntó cómo estás
por primera vez en mucho tiempo
supe por qué las repeticiones
no eran equívocas
quizá un poco agrias nada más
(las conversaciones suelen ser
viajes en el tiempo)
y en una habitación en otro lado
como si lo estuviera viendo en una cinta
nos espié tirados tristes en una cama
recuerdo mirar al costado
y reconocer el llanto
no en vano los telos duplican los espejos
(me dije)
cuando daba sus razones sobre el fin
(él)
porque había visto en mí
tantas veces
al universo reflejado
tan basto
tan inaprensible
tan fuera de uno
que evité entenderlo
y acabamos
y lo perdoné.